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Autor para correspondencia:
MVZ. Cristina Yadira Gómez Sánchez.
A medida que la medicina veterinaria ha avanzado, se ha incrementado la especialización y oportunidades de aprendizaje, ha derivado en una mejor calidad de vida de nuestros pacientes y por ende también una expectativa de vida más larga, a medida que esto ha sucedido, tanto veterinarios como propietarios hemos observado cada vez más como algunos perros desarrollan cambios de comportamiento con la edad, a menudo sin otro cambio en su salud o en su anatomía y sin ninguna causa aparente, más allá de que es completamente normal que conforme nuestros pacientes envejecen comiencen a dormir más o ser más lentos.
Varios estudios sugieren que el envejecimiento cognitivo en perros ocurre de manera similar al envejecimiento en personas y se puede clasificar en un envejecimiento normal “exitoso”, deterioro cognitivo leve y disfunción cognitiva o demencia.
¿Qué ocurre neurológicamente en el envejecimiento?
Durante el envejecimiento del perro, al igual que en las personas, se observan en el cerebro una serie de cambios; atrofia cortical, espesamiento y clasificación de las meninges, dilatación de los ventrículos, ampliación de los surcos y retracción de las circunvoluciones, así como la disminución del numero de neuronas. Ruehl y sus colaboradores propusieron el término Síndrome de Disfunción Cognitiva (SDC) para describir el conjunto de cambios conductuales y cognitivos observados en algunos perros durante el envejecimiento, este síndrome se asocia a un trastorno neurodegenerativo, propio de animales de edad avanzada y se caracteriza por ser gradual y cursa un largo periodo de tiempo que puede ir desde 18 o 24 meses o incluso sobrepasar ese tiempo.
En los individuos que padecen SDC se ha observado l a presencia de depósitos de una proteína llamada B amiloide (AB), que forman placas neuríticas en el parénquima cerebral, pero aun no se conoce de que manera influye específicamente esta acumulación en estos pacientes con SDC, a este péptido se le atribuyen propiedades neurotóxicas por lo que se cree que si puede influir en el funcionamiento cerebral, provocando degeneración de las sinapsis, muerte neuronal y depleción de neurotransmisores, de forma similar o lo que ocurre en el cerebro de las personas con Alzheimer.
¿Qué tan común es el SDC?
La prevalencia y severidad del SDC se han visto incrementadas con la extensión e la esperanza de vida de las mascotas. Los estudios realizados han evidenciado prevalencias que van del 14 al 35%. Sin embargo, se sabe que es aún una patología un tanto desconocida y subdiagnosticada. En una población analizada por Salvin y colaboradores (2010) se detectaron un 14% de animales con posible SDC, de los cuales solo el 1.9% habían sido diagnosticados por un veterinario.
A pesar de que las razas pequeñas suelen ser más longevas, varios estudios han descrito que estas razas no parecen tener una mayor predisposición a padecer SDC .
Sintomatología inicial
Los cambios de comportamiento poco a poco se han ido englobando en varias categorías:
- Interacción social: va disminuyendo el interés por las caricias o el contacto, saludan con menos énfasis, puede aparecer hiperapego o desarrollar una personalidad conflictiva.
- Pérdida de memoria o retraso en el aprendizaje: comienzan a orinar o defecaren lugares donde no solían hacerlo, responden poco a los llamados o no responden, no conocen ordenes que antes conocían, se muestran incapaces de aprender ordenes nuevas, no reconocen a los propietarios.
- Desorientación: comienzan a perderse en lugares conocidos, intentan pasar por lugares que no es posible, incapaces de esquivar ciertos obstáculos.
- Alteración del sueño: duermen durante el día y no descansan en las noches.
- Disminución de exploración y respuesta a estímulos o por el contrario aparición de ansiedad o inquietud, descansan menos, aumenta la irritabilidad, la locomoción y vocalizaciones se pueden ver afectadas.
- Disminución de conducta de acicalamiento y alteraciones del apetitito (aumento o disminución).
- Alteraciones del olfato: se ha descrito la anosmia o hiposmia.
Debemos tener en cuenta que todos estos signos clínicos no son específicos de un SDC, se tendrán que descartar otras patologías que pudieran provocar estas alteraciones e incluso tener en cuenta que podría coexistir el síndrome con alguna otra patología. El diagnóstico de SDC será realizado por exclusión. Cualquier condición dolorosa o incómoda (por ejemplo, la artrosis o la enfermedad periodontal) puede dar lugar a aumento de la irritabilidad o del miedo del animal al ser manejado. Si la movilidad se ve afectada, la mascota puede llegar a ser agresiva o puede tener más dificultades para acceder a su área de eliminación. Asimismo, el fallo de distintos órganos, la presencia de tumores, enfermedades degenerativas, enfermedades autoinmunes, endocrinopatías y la disminución de la percepción sensorial, son comunes en el envejecimiento, y pueden tener grandes efectos sobre el comportamiento.
Todo perro geriátrico sospechoso de SDC deberá contar además con su anamnesis completa, ECOP, exploración neurológica, pruebas laboratoriales (bH,QS, medición de hormonas tiroideas, urianálisis, etc) y según la sintomatología añadir pruebas de imagen (rx, us, etc)
Ayudas diagnosticas orientadas a SDC
El diagnostico es extenso y debe incluir una serie de análisis laboratoriales y de imagen, en esta ocasión nos enfocaremos solo en los cuestionarios parte de la anamnesis del pacientes.
- Cuestionarios
Son muy útiles para el clínico al momento de evaluar la existencia de signos compatibles con SDC. Muchas veces los cambios de comportamiento pueden ser tan sutiles que los propietarios podrían pasar por alto mencionarlo en la anamnesis inicial por considerarlos irrelevantes o como parte normal del envejecimiento hasta que se les pregunte directamente.
A continuación, te presentamos un cuestionario que podría ser de ayuda con tus pacientes presuntivos de SDC:
Bibliografía
Bernedo V, Insua D, Suárez ML, Santamarina G, Sarasa M, Pesini P: The B-amyloid cortical deposits are accompanied by the loss of serotonergic neurons in the dog. J Comp Neuro 2009; 513:417-429.
González-Martínez, Á., Rosado, B., García-Belenguer, S., & Suárez, M. (2012). Síndrome de disfuncin cognitiva en el perro geriátrico. Clinica Veterinaria de Pequenos Animales, 32(3), 0159-0167. https://ddd.uab.cat/record/130189?ln=es